FUERZA NUEVA

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Yo conocí a aquellos de Fuerza Nueva,
de los viejos tiempos,
bueno,
yo era un guaje,
y eso de que andaban con cadenas,
y que si Blas Piñar era un señor muy serio,
hombre,
serio,
serio, sí que era,
pero que les dejara hacer a algún mastuerzo,
pegarle una colleja a un chico por llevar el pelo largo,
o darle una paliza a un marica,
pues, como decirlo, lo dejaba pasar.
Pero que nadie se engañe,
lo tenía todo controlado.

Y si no,
¿Cómo iba yo, con 18 años?

Y me tuve que cortar el pelo, porque me lo dijeron,
hablar en 1997 delante de la hija de Franco,
de su cuñado, el Marqués de Villaverde,
y de toda la tropa franquista,
que son los padres o los abuelos de VOX,
dicho esto con todo el respeto del mundo,
y como no os tengo ningún miedo,
y lo sabéis,
porque era de buena familia,
asturiano de pura cepa,
con los ojos achinados,
para delicia de los ausentes.

De la ETA no sé,
ni puta idea,
conocí a un par de ellos,
pero son muy raros,
casi como los picoletos,
es que es verlos,
y se da uno cuenta,
de la cuenta.
No me gustaron nunca.
Esos no luchaban por la democracia vasca,
eran,
simplemente,
gente perdida.

Otra cosa es Irlanda,
la isla esmeralda,
llena de tréboles,
y mujeres sonrientes,
de ojos luminosos,
y cabellera roja.

La magia se esconde,
se refugia,
se escapa,
se escurre,
joven Hermes,
entre los enigmas,
ignotos,
los teoremas,
y las palabras,
misteriosas,
que envuelven el sueño de las cosas.