PARNASO

Dice mi mamá que parezco cansado,
y como si fuera otra musa,
dicen que me parezco a él,
pero vosotros no lo sabéis.

Era alto, delgado y sonriente,
guiñaba los ojos a las chicas,
y pedía una botella de absenta.

Y parecía que el mundo
se encendía,
como una candela,
con ese aroma amargo que desprenden
las velas.,

Esquivamos los carromatos,
en la Place de la Concorde,
como toreros muertos,
y subimos a Mont Martre,
para bailar con las hijas de Afrodita,
y así entre besos,
y agua bendita,
conocí la raza maldita.

Se llamaba Arturo,
se apellidaba Rimbaud.
Y en sus palabras,
esa impresión,
ese amor,

nos enseñó,
a los poetas de este siglo, su eterno dolor Ver menos